Friday, August 22, 2014

Una pobreza aún más triste y condenada: la humana

Por Gonzalo A. Luengo O.

El ser humano es social. Cuando se tiene una base con eso (la familia o un equivalente), hay una necesidad satisfecha y sólo queda buscar el amor de amigos y pareja. Pero, ¿qué se hace con quien no tiene base? ¿Buscar la felicidad en otra gente o eso está mal y no se debe depender de otra persona? Cuando a muchos se les muere su madre, un padre, un abuelo muy querido, pues en ese instante no se es feliz. Da pena. Pero la vida sigue y el amor recibido es un cimiento: la persona se va, pero para el ser amado que queda vivo, la muerte del otro no significa más que un duelo, una pena. Pero hay una realidad: personas que no tienen base, no tienen a la familia o un equivalente. La lógica es esta: la persona es feliz cuando tiene a alguien al lado al que le importa, es la esencia social humana y base para hacer sociedad. ¿Dónde encuentra eso alguien que no tuvo familia o tuvo un hogar enfermo, que no cubrió esta necesidad? Entonces queda el prójimo, la búsqueda de un amigo. Y está bien en la lógica de que el ser humano sí depende de otros para ser feliz, pero si no son de tu grupo cerrado, pues no es visto como normal. La lógica no sirve. Hay que plantearse entonces cómo asumir la soledad, cuestionar qué tan justo es que alguien no tenga a nadie. ¿Debemos dejar que esa persona supere sola su problema? ¿Cómo se puede liberar de una necesidad? ¿Nace el ser humano con todas las potencialidades y recursos para ser feliz? Pues no: el ser humano trae una falta que debe superar: amar al otro; eso no se supera solo. Me he cuestionado este asunto de la forma en que planteo en este ejemplo:

Piensen en una persona muy pobre, sin nada para comer incluso, ignorante, que creció en un ambiente falto de todo. Y esa persona se acerca a alguien de mayores recursos, alguien que ha tenido una vida sin carencias. Quien tiene mejor pasar le da algo de comer al pobre y el pobre lo agradece y hasta le duele la boca por la poca costumbre de comer. El pobre está encerrado en su ignorancia, su pobreza: los años y las etapas han pasado y él de pronto despertó y supo que necesitaba ese pan que le dieron. El pobre, sin fortaleza (porque no existe, nunca se construyó), pide más pan porque lo necesita, ¡no lo tuvo nunca! Pero el que sí tiene para comer desde siempre, el que ya acostumbró su organismo a recibir el pan, le dice al pobre: 'tú deberías no depender de mí ni de nadie para seguir comiendo, no te daré pan por lástima'. El punto de todo este planteamiento es el siguiente: el ser humano es un ser social. ¿Cómo lo hace una persona que nunca tuvo afecto, nunca, para liberarse de esa necesidad y no rogar por el pan de la compañía? ¿Qué hace alguien que nunca tuvo ese pan en su casa? ¿No lo pide? Porque las metas propias de la vida (como querer hacer un proyecto o terminar la tesis o tener un diploma) uno lo puede lograr. Puede superar eso. ¿Pero qué hacer en el caso de gente que no tuvo compañía ni afecto como base en su vida, en su hogar? ¿Pedir ese alimento? ¿Cómo hacerse solo esa comida? ¿Cómo hacer que te deje de importar? ¿Seguir adelante teniendo éxito y logrando grandes cosas sacándose el alma tal como si se sacara el estómago para no sentir hambre? ¿Es más fácil ser libre siendo así de pobre o la libertad empieza cuando te liberas de lo que tenías? ¿Cómo te liberas de algo que no tienes? ¿Cómo te sacas el corazón para no seguir molestando, para esperar que de la nada alguien te dé de comer sin pedirlo? ¿Y cuando ese pobre (que siempre fue pobre) se encuentra a alguien tan necesitado como él le debe decir 'sal tú solo, libérate solo de tu necesidad humana de tener a alguien a quien le importes'?

Gonzalo A. Luengo O.