Saturday, December 27, 2014

El pecado de beber agua

Por Gonzalo A. Luengo O.

El 12 de febrero de 2013 fue un día en que me sentí bien y amado. Sabiendo que eso no dura para siempre (porque eso es vida), decidí libremente hacer de ese día, uno duradero a través de un símbolo: dejé de beber bedidas gasificadas. No he tomado ni una gota de bebidas desde entonces. Y eso me recuerda ese día. Pero eso es un tema particular para detallar en otro momento. El punto es este: ahora siempre prefiero tomar agua. Y cuando estoy sentado a la mesa con más gente, pido agua. Y vaya, ¡qué raro es tomar agua! De inmediato me preguntan si estoy enfermo o hacen comentarios sobre lo saludable que es (porque pucha que hay gente que gusta de consumir cosas 'naturales' y compran cualquier pomada saludable y bla, bla, bla). En fin: beber agua es raro. Si no bebes jugo o vino o bebidas, es raro. De hecho, unos norteamericanos escribieron hace unos meses su experiencia de vivir en Chile y rescataron este punto: beber agua es raro (pueden leer eso yendo a http://matadornetwork.com/life/8-ways-learn-chileans-really). Pero vamos al grano: lo que busco escribiendo esto es que el que lo lea, sepa que yo bebo agua, de la llave en lo posible, porque libremente a través de eso simbolizo algo que me alegró como pocas veces y este símbolo es un refugio y una honra a ese día. Que no lo hago por ser una vieja pionera en consumir stevia, chía y tés raros porque soy natural, deportiva y saludable y bla. No. Lo hago porque es mi historia, porque soy yo. Y si quieren hablarla, pues acá estoy como siempre.

Gonzalo A. Luengo O.